THOR

Thor es conocido en la mitología nórdica como el dios del rayo, de los truenos, de los relámpagos y de las tempestades. Es hijo de Odín y Fjorgyn, esposo de la diosa Sif y amante de la giganta Járnsaxa. 

Thor es el dios que derriba todas las barreras que se antepongan en su camino. Protege no solamente su palacio sino todo el Asgard , el Olimpo de los dioses vikingos.

En Noruega llegó a ser más importante que el propio Odín, por su fuerza, sencillez y nobleza, aliadas a un espíritu combativo que resultaba mortal para sus enemigos. El rayo era su manifestación más importante. Cuentas las leyendas que era Mjolnir -su martillo/rayo-  el que brillaba en el cielo cuando Thor luchaba con los gigantes. Cuando el trueno retumbaba, era él quien salía con su carro celeste, del que tiraban machos cabríos.

Dos animales suelen acompañar al dios, los carneros Tanngrisnir y Tanngnjóst, que tiran de su carro y le proporcionan alimento de forma ilimitada: Thór puede cocinarlos y comerlos cuantas veces quiera porque después se regeneran mágicamente.

Otros elementos  indispensables para las manifestaciones de Thor eran su cinturón mágico y los guantes de hierro. El primero duplicaba la fuerza de sus golpes y los segundos permitían el contacto con Mjolnir.

Mjolnir, el martillo mágico fabricado por los enanos Sindri y Brokk, tiene su representación rúnica en el número tres, número del bien y el mal. El umbral o la puerta, variantes de la runa del martillo, se relacionan íntimamente con la figura del héroe. La puerta y el martillo demuestran los poderes adormecidos del héroe, quien sale a la luz en el momento que los descubre. La espina también tiene esa propiedad. 

Thor, el martillo, la puerta y la espina son una misma cosa. Quien pueda capturar y desvelar ese enigma controlará sus poderes más allá de cualquier dificultad que la vida le presente.